viernes, 2 de abril de 2021

Carmen Soler / Entre los poetas míos ( 6 poemas)








Exilio


Estoy llena de culpas

y tengo que decirlas,

pero antes necesito

verte el corazón en los oídos

porque hablo con el mío

entre los dientes.

Me siento culpable de estar viva,

de reír y cantar,

de comer con apetito,

de tener abrigo, casa

y calles para andar

y amigos

con quienes hablar a veces tonterías.

Me siento culpable de estar sana,

de que me guste la vida y su alegría,

de escribir, recordar y hacer poesía.

No tengo otra forma de luchar

y eso

también es culpa mía.

 

Alguien gritó


Alguien gritó:

¡Viva la libertad!,

y respondió la sangre.

Alguien gritó:

¡Muera el tirano!,

y respondió la sangre.

Mañana,

gritará la sangre:

¡Viva la libertad!

¡Muera el tirano!,

¡y el pueblo

responderá!

...


Noche larga


Mi ciudad es de arena y viento espeso

con pedazos de luna en las esquinas,

medallones de sombra en los jardines

y un aire de terror sobre los techos.

Nadie acudirá por más que grites.

Nadie responderá por más que llames.

Ha levantado muros de silencio

que ahogan las palabras en el aire.

Mi ciudad es de calles infinitas

y de ella no saldrás por más que andes.

El temible Taú-Taú de fuego fatuo

te hará perder el rumbo si es que partes;

te transformará en fantasma inquieto,

te hará vagar por patios y zaguanes,

te enredará en las cuerdas de arpas indias

y en un idioma dulce de pañales.

Mi ciudad te habrá envuelto en sus encajes

como el hilo y la espuma de una araña.

y querrás reaccionar y será tarde.

Serás un preso más entre sus presos

o la sombra azul que viborea

en el río profundo que la abraza.

Pero como es de arena y viento espeso

habrá volado entera en el mañana.

...


Penas


Penas, qué penas amargas

que no puedo azucarar.

Penas de la vida en pena

quién las podrá consolar:

mi casa no tiene lumbre

mis hijos no tienen pan.

Pena de pena despierta

que ya no se dormirá.

Empeñada en irse sola

por campos de soledad.

Penas de mi vida en pena;

grito que llama a luchar.

Rompe el cerco de sombras

que condena a soledad.

Penas, no me des penas

que no pueda azucarar.


Sin límites


El cinismo no tiene límites.

Te apresan, te golpean,

te aíslan en mazmorras de castigo

con ratas, cucarachas

y otras porquerías

y encima se quejan

porque gritas.


Tu amor es poesía


Dijiste: la fugitiva luz de tus cabellos

se refugió en la almohada

y al acercar mis manos

se me volvieron agua

seda de agua.

Sentí mi cuerpo mar y tú sobre la playa.

Dijiste; no tiendas más

la musical cascada

te quiero así vestida

de silencio y de nada.

Te quiero así sedosa

así desamparada.

 Dijiste. Porque me amabas.


Carmen Gladys Soler  (Asunción, 4 de agosto de 1924 - Buenos Aires, 19 de noviembre de 1985).

Parte de la obra literaria permanece aún dispersa en periódicos y revistas, aunque su poesía se halla, fundamentalmente, reunida en varios libros: Poemas. (Ed. Aquí poesía, Montevideo, 1970); En la Tempestad. (Ed. Cartago, Buenos Aires, 1986); La alondra herida (Ed Arandurá, Asunción, 1995) y Poesías reunidas (Ed. Servilibro, Asunción 2011. Representa por primera vez en la literatura paraguaya, la irrupción de la mujer como poeta de combate y es su mejor expresión. Póstumamente, con el retorno de la democracia a su país, esta importante escritora ha sido reconocida y homenajeada reiteradamente, reeditándose sus principales obras y colocando su obra y su nombre en el lugar que por su obra artística y heroica le corresponde.