jueves, 22 de febrero de 2024

Elsa López / 7 Poemas

 


Cuando tu lengua escarba mi cuerpo lacerado

que fue tan sólo tuyo durante un tiempo espeso,

inmortal y perfecto.

 

Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.

 

Cuando he rugido cóncava debajo de tus piernas,

y has dejado un reguero de sal y hierbabuena

sobre mi piel reseca.

 

Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.

 

Cuando la luz se apaga y tu cuerpo se queda

tendido y olvidado entre blandas semillas.

 

Entonces tú terminas y yo comienzo a amarte.

 

 

* * *

 

He dispuesto en mi rostro surcos inconfundibles.

Me he puesto el delantal de luto

y me he dejado ir al borde de la acera.

 

(Hay un banco vacío en el que me he sentado

para morir un poco y de una muerte rara.)

 

Pienso en cómo te quise.

Yo no voy a aclararte de dónde me ha nacido

este dolor que crece a golpe de tristeza.

Pasa gente.

Hace ya mucho tiempo que no te explico nada

porque hace mucho tiempo que perdí la esperanza

de envejecer contigo.

Es domingo.

 

(El perro es otro espacio.

Una muerte distinta en medio de la calle.)

 

 

* * *

 

No pronuncio tu nombre por miedo a ver la herida

y el golpe de la sangre.

No digo las palabras que debiera decirte.

Te miro.

Te contemplo.

Te observo.

Ojeo las esquelas y el tiempo de las nubes.

Luego digo algo inútil,

mágico,

irreparable.

Digo cosas curiosas como decir:

qué tal, hace calor, te quiero,

anoche he deseado tu cuerpo nuevamente.

Pero nada se oye dentro de las paredes.

 

Tú me miras inquieto,

decidido,

cobarde.

(Mi corazón empieza a deslizarse

por la suave pendiente de tu pelo.)

 

 

* * *

 

Recuerda que la lluvia cayó porque yo quise

y porque tú quisiste me miraste al espejo

y me encontraste hermosa de verde y gabardina.

Recuerda que lloraste cogido de mi mano

y yo llené de besos tu infancia despoblada.

Recuerda que la noche llegó porque yo quise.

Y te miré a los ojos,

y te besé las manos,

y preparé tu ropa y el plato de naranjas.

Pero tuviste miedo.

Un miedo huraño y torvo.

Un miedo con relojes.

Recuerda que fue cierto.

 

 

* * *

 

Recuerdo el amor que me nacía al tiempo de la lluvia.

Recuerdo los baúles y las colchas de hilo,

las flores de lavanda volando por espacios abiertos y felices,

aquella despiadada multitud de grillos debajo de las lápidas,

y tus besos, pan y aceite, detrás de los postigos.

 

Recuerdo aquellos días cuando tú me besabas

tras las torres caídas del castillo y las olas.

Y recuerdo las noches naufragando tu cuerpo

en aquella penumbra universal del hambre.

 

Yo entonces era otra.

Pero no he renunciado ni al amor ni a la herida.

 

 

* * *

 

Sabía que vendrías.

Que tu barca de acero encallaría en el fondo

entre las plataneras.

Que subirías la cuesta hilada de mocanes

por aquel caminito en forma de culebra.

Que primero llegaría tu cabeza,

luego el cuello,

los hombros,

tu espalda contra el risco y los dragos del lomo,

el beso adormecido.

Te quiero, me dirías.

 

 

* * *

 

Ya nunca volveremos al viejo paraíso donde nace la lluvia,

donde huelen a alfalfa cortinas y manteles.

 

Ya nunca volveremos a medir la distancia

que queda entre las ramas del drago florecido.

Ni a remover la tierra,

ni a regar los maizales,

ni a pintar las ventanas,

ni a recoger el agua en cubos transparentes.

 

Ya nunca vendrá el frío

a llenarnos el pozo de zarzamora verde.

Ni volverá tu boca a dejar en la mía el sabor de la almendra.

 

 

Elsa López: Poeta, prosista y novelista española nacida en Santa Isabel de Fernando Poó, Guinea Ecuatorial, en 1943.

Doctora en Filosofía Pura, Antropóloga y Catedrática de Filosofía, ha ejercido la docencia desde 1965.

Ha sido Presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid, organizadora y miembro del grupo poético literario La Ortiga, fundadora y directora de Ediciones La Palma en Madrid y organizadora y coordinadora para el Gobierno de Canarias de los proyectos El Papel de Canarias y Memoria de las Islas.

Actualmente es directora de la Fundación Antonio Gala.

Su producción poética se inició con el poemario «El viento y las adelfas» en 1973, al que siguieron

«Inevitable Océano» en 1982, «Penumbra» en 1985, «Del amor imperfecto» Premio Internacional de Poesía

“Ciudad de Melilla” en 1987, «La Fajana Oscura», Premio Internacional de Poesía “Rosa de Damasco” en 1989,

«Cementerio de elefantes» en 1992, «Al final del agua» en 1993, «Tránsito» en 1995, «Mar de amores»

XII Premio Nacional de Poesía “José Hierro” en 2002 y finalmente «Quince poemas de amor adolescente»

en 2003.

 

sábado, 11 de noviembre de 2023

Elsa Cross / 4 poemas

 


Amor el más oscuro I

 

Aquí comienzo a amarte,

en estos muros clarísimos,

en esta ciudad cálida al tiempo de las lluvias.

(¿Dónde estás ahora,

esta primavera tarde que pienso en ti?

¿Dónde estás, ignorándolo todo?)

Aquí te descubro

inalcanzable y triste.

Dime qué pasos te trajeron a estas tierras,

cómo abandonaste tu gracia de elegido,

tu ministerio de humildad;

qué suplicios te agobian desde entonces

que violentan tu rostro

y vierten en tu voz la nostalgia y la ira.

Dime en qué forma eres vulnerable

o ganas la lucidez en un momento.

Qué caminos dejaste,

qué expiación te vence y te despoja,

qué caminos seguiste para llegar aquí,

desconocido y hermoso,

donde yo te amo.

 

Amor el más oscuro II

 

 

Viene la melancolía del principio,

días de incertidumbre y sueño.

Vienen sólo distantes tu risa y tu perfil

y abarcan mi deseo

y me vuelcan a tu rostro,

a tu vehemencia contenida.

Ya siento de algún modo

tus manos previstas de ternura

conduciéndome,

olvidándome,

dejando a medias para siempre mi destino.

Sé que otra vez me cercará la calma,

la soledad llena de amor,

tu nombre.

Quiero pronunciarlo tantas veces

como días tendré después

para perderte en la memoria.

Pero qué lograría apartarme

si muestras la misma angustia que sustento,

la soledad de idéntico linaje,

la imperfecta voluntad de amor.

Para reconocernos

baste la oscura nostalgia socavándonos,

baste nuestra olvidada condición de amantes,

vocación de locura,

celda,

fuego.

Maldigo desde ahora

tu cuerpo cerrándome el abismo.

Sean el tedio y la tristeza,

sea apacible y humana tu mirada.

En este momento te amo para siempre

y van mis pasos hacia ti

para cumplir tu voluntad.

 

Amor el más oscuro III

 

A la desventura voy.

Algo en mí cada día te reconstruye

y me devuelve tu imagen.

Algo me lleva al lugar prohibido

en que te encuentras,

sitio que jamás debió tocar mi pensamiento.

Qué maleficio me extravía

y me oscurece todos los caminos.

A la desventura voy

y no quiero virtud que me confunda,

no quiero fortaleza ni mesura

que me aparten de ti.

Sean desoídas mis palabras

y viéndote

me sea dada tu menor ausencia.

 

De lejos viene

 

Cuando lo sepas quisiera ver tu cara.

Por que vas a saberlo

aunque no te lo diga

ni leas estos poemas.

¿Cambiará algo entonces?

Es imposible

que no adviertas aún mi turbación:

tanto desorden de miradas,

tanta avidez

registrando el más breve de tus gestos.

¿Y nada modifica tu indolencia?

Ah, íntegro varón, que Dios te guarde.

Pero voy a aclararte

en nombre de esta cólera

y a manera de agravio,

que si te amo

es seguramente por error.

has de saber

que nunca me gustaron ojos desteñidos

ni maneras solemnes,

menos aún cabello lacio y bien peinado

(y de la solemnidad líbrame Dios, libérame).

También has de saber que eres

demasiado sencillo para mi soledad,

demasiado humano para mi deseo,

demasiado lineal

para la arquitectura de este laberinto.

Pero ya basta: pido una disculpa.

Ocurre tal vez

que sólo seas un poco distraído.

Vendrá entonces de ti

el reconocimiento

o una sincera frase paternal.

 

 

 

Elsa Cross: Poeta, ensayista, y traductora mexicana nacida en ciudad de México en 1946.

Doctorada en Filosofía y Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México, actualmente es catedrática de la misma universidad. En la década de los años ochenta residió en la India durante dos años, tiempo en el que estudió Filosofía Oriental y Meditación en Ganéshpuri.

Es autora de una extensa obra iniciada en 1966 con "Nexos", continuada luego con los siguientes títulos:

"Amor el más oscuro" en 1969, "Peach Melba"1970, "La dama de la torre" 1972, "Bacantes" 1982, "Baniano"1986,

"Canto malabar" 1987, "Pasaje de fuego" 1987, "Espejo al sol" 1988, "El diván de Antar" 1990, "Jaguar" 1991,

"Casuarinas" 1992, "Moira" 1993, "Poemas desde la India" en 1993, "Urracas" 1996, "Los sueños", 2000, "Ultramar"

en 2002, "El vino de las cosas" 2004, y "Cuaderno de Amorgós" 2007.

Su obra ha sido traducida a varios idiomas, incluida en diversas antologías y galardonada con los siguientes premios:

Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1990 por "El diván de Antar"; en 1996 recibió el homenaje Espejo al Sol

Treinta años de Poesía en La Casa del Poeta; el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines en 1992; la quinta edición

del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines/Gatien Lapointe en 2007, y el premio Xavier Villaurrutia,

máximo galardón literario de México, por su "Cuaderno de Amorgós".

domingo, 29 de octubre de 2023

Amparo Dávila / Perfil de soledades

 


PERFIL DE SOLEDADES

 

I

 

Si alguien hubiera dicho:

la soledad se nutre de párpados caídos,

de silencios dormidos en la noche del ángel;

la soledad es una inválida semilla,

heredad antigua, cadena y mortaja…

 

Pero nadie lo dijo.

 

Y yo, que esperaba,

tuve que evadirme

por los cuatro puntos

amargos del viento.

 

 

II

 

Me sorprendo cercana de la noche,

en vano pregunto y llamo;

bajo un cielo de ruinas

contemplo mis manos

que se alargan como interrogaciones

y veo, palpo, siento,

la soledad.

 

 

III

 

Quien quiera leer en mí

que baje los ojos hasta el musgo,

a la raíz misma del llanto,

donde se nutre y se dibuja

el perfil de la angustia.

 

Es inútil buscarme en el verde árbol

que canta su pródigo verano,

su mediodía de pájaros

y la agilidad niña de una esperanza.

 

 

IV

 

Soy silencio y sombra.

Presentida, pálida neblina de una muerte,

siempre epidermis y tacto,

tan íntima y constante

que su voz expresa mis palabras,

y mis huellas son tan sólo el eco

de su propio paso.

 

 

V

 

De soledades estoy hecha,

vasija y contenido.

 

Llevo una voz sin sol

que en vano quiere gritar, en el origen,

el color y la anchura del desierto;

en sí misma se encierra y despedaza

al intentar romper la cáscara del mundo.

 

 

VI

 

Llego por subterráneas grutas

al intacto manantial del sueño.

Y he ahí que me fugo

de las manos que me oprimen;

intento la estatura del grito

y avanzo hacia mi sombra;

porque nadie sabe

que este silencio de sepulcros

es sólo un eco

de tormenta en la cumbre.

 

 

VII

 

Nunca había estado

más cerca de mi muerte.

—Presencia en la rosa,

sombra sobre el agua—

en mí sentida, cierta,

lenta nostalgia o angustia viva,

esperanza o desesperanza.

 

 

VIII

 

De nuevo, en mi deshabitado mundo,

contemplo mis manos

que se alargan como interrogaciones

y veo, palpo, siento

la soledad.

 

Si alguien me hubiera dicho …

           

Pero todos callaron.

 

 

 

Amparo Dávila, (Pinos, Zacatecas, 21 de febrero de 1923 - Ciudad de México, 18 de abril de 2020)1 fue una escritora mexicana. Obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1977. A finales de 2015 se le otorgó la Medalla Bellas Artes en reconocimiento a su trayectoria, y desde ese año el gobierno de México convoca un certamen nacional de cuento fantástico con su nombre: el Premio Bellas Artes de Cuento Amparo Dávila.

miércoles, 30 de agosto de 2023

Verónica Fletcher / Desde la tormenta

 


A MI PAÍS

 

Hay que desnudarlo

recorrerlo

acariciar su cuerpo frío

con manos calientes

ver si esa chispa de calor humano

se enciende

para hacerlo más compasivo

 

Solo pido

que a través del arco iris

nos miremos con aprecio

sin miopías

sin pezones dando leche amarga

sin el poder vislumbrando

más allá de nuestra sombra.


 

VELEIDOSO AMOR

 

I

 

Los pájaros se desbandan

frenética galopo en un caballo encabritado

una galaxia en que todo deslumbra

mi cuerpo se alborota

enardecido por un nuevo amor

 

Deseo ser Dios para encandilar

me engalano

sonrojo al espejo

despilfarro vanidad

el deseo

criatura voraz que crece

 

Como las golondrinas la sensatez emigra

inocente

invento al hombre

entre disfraces y trucos

de la sombra a la luz

me incendio

me embriago

mil diamantes no darían este resplandor

Crees entender los secretos del universo

estás un piso más arriba de los que no aman.

 


II

 

Hasta que el cielo tenso cambia de color

metamorfosis brutal

un día descubrimos que el mundo es redondo

ya no habrá luna al anochecer

 

Desvestimos personajes

los tiempos son eternos

el ingenio pierde sagacidad

se extinguió la chispa

las gotas de agua no brillan con el sol

 

Con aullidos pavorosos

caemos de la cumbre a la pendiente

 

Anárquicas

juramos no amar nunca más

pero el amor es como el parto

doloroso

pero volvemos a procrear

 

Iremos al ruedo una y otra vez

vivir con ilusión

es lo más parecido a no morir.


 

PRONTUARIO

 

Las palabras

cuando se disparan

permanecen

flotan en el aire

 

Ecos que resuenan

como sentencias de muerte

serán usadas en tu contra

una y otra vez

 

Ruedan por la escalera

caen

se hilan con otras palabras

forman una historia

pueden ser juicio

luego un drama.


 

LA PRIMAVERA

 

El otoño desviste árboles sin recato

con una pandilla de murmullos

ella aparece contoneándose

pariendo brotes con pezones rojos

belleza pasajera que flota

dos nubes se desgarran formando una flor

arco iris y sol aplauden

 

La bruma detrás de un helecho se oculta

Esperando

          esperando.


 

EL TIEMPO SE ESTÁ MURIENDO

 

Se muere

las campanas se oxidaron

los secretos amargos se irán con él

 

La tierra se detiene

no más vueltas por el sol

alucinan los planetas

el tiempo se desgrana

mientras alguien parpadea

 

Está viejo

el tiempo está viejo

la memoria falla entre las seis y las doce

arrastra intermitencias

y una tristeza milenaria

 

Confundido

decide morir.


 

LAMENTOS

 

Los suspiros albergan cánticos de frustración

arrebatan trozos de vida

germinan cuando no hay palabras

 

Se suspira la sordidez del abandono

las pérdidas tiradas en la calzada

pájaros que se estrellaron en el cristal

 

El amor como polilla atrapada por la luz

gira y revolotea entre suspiros

cuando anidan

llega la desolación

 

Con una malla recolectaré suspiros

autobiografía de lo no logrado

partículas de desamparo

preguntas equivocadas.


 

YA ES HORA

 

Cuerpo del que me vanaglorié

ha llegado la hora de separarnos

 

No hay más estrategias

para desfigurar el tiempo

o engatusar miedos

 

Colgando de la rama de un árbol

me hace guiños la muerte.


 

EL DESAMPARO ES MUDO

 

Mi mundo es cuadrado

el respeto me queda grande

el alma cuelga de un hilo

 

El pasado mísero

negocia con la amargura

La dicha

un pavo real que no abre su plumaje

 

Las palabras las cazó la noche

el desamparo es mudo

los pájaros piensan que morí

gritan

aletean

 

Por las dudas cierro ventanas

y respiro despacio.


 

UN LUGAR DESCONOCIDO

 

La muerte duele

todo pasa y no pasa

o no sabes si pasó

el tiempo queda amarrado en un espiral

me bastaría con decir buenas noches

pero no hay noche

 

Fronteras de desconcierto

no se destrozan silencios

de tu alma cuelgan relojes

el tiempo eres tú

 

Baile de conjeturas

no se ordena el desorden

el tiempo se suicida pero no muere

hay pavor pero no se tiembla

mis huesos vagan

pidiendo piedad

 

La muerte duele.


 

ERA OCTUBRE

 

Ahí estaban ellos

con rencor en sus encías

sudando juventud

portan el fuego de varios infiernos

brazas encendidas con fervores mesiánicos

barricadas de soberbia y candor

 

Ahí estaba yo

con cobijas de confort y certezas

profetiza arrogante

que dispara al cielo prohibiciones y libertades

tarde para conquistar reinos

 

Ellos graznaban

como pájaros desbandados

yo tras mi sombra

atesoraba melodías muertas

sin poder reparar el desconcierto

 

No miraba como sale el sol

solo como se esconde

Pretendía con candados cerrar sus bocas.


 

LO QUE LA MEMORIA ROBÓ

 

I

 

Se suspende mi vida

se evapora quien soy

una habitante que no habita

 

Solo monosílabos

mi inteligencia aplastada por un zapato

las neuronas se traicionan

no se quieren abrazar

 

Ojos vacíos

muy abiertos

buscando el infinito

 

Mi alfabeto quedó huérfano

llegó el otoño

el árbol escupe hojas

amontona palabras muertas

 

Nunca más decir a un hijo

te quiero

ya no lo conoces

no puedes quererlo.




Verónica Fletcher Jory

Nace en Santiago de Chile

En el año 2007 publica su primer libro de cuentos, Mujeres malvadas, hombres perversos

En el año 2010 publica Todo por una manzana

En el año 2014 publica El plato frío del alma

En el 2023 se publica la segunda edición de Todo por una manzana

Desde la tormenta es su primer libro de poesía