Prólogo
ESTRATEGIAS PARA LEER UN LIBRO (DE ESTRATEGIAS)
Todo consiste en mirar y ser mirado.
Octavio Paz
La primera estrategia que propongo para leer este
libro del poeta y oftalmólogo Edgardo Carreño, es creerle al título que lo
nombra, cosa siempre poco aconsejable, pero leerlo como una suerte de manual de
estrategias, para que, a través de sus poemas, –una summa de fragmentos que constituye un todo arquitectónico y
estructural– adentrarnos desde sus fragmentos/significantes a sus significados
que se despliegan como un abanico de temas o tópicos que han transitado por la
poesía, el arte de la palabra, la escritura que fija en nuestra experiencia vital,
sea eso lo que el lector requiera que sea. También palabras, pero palabras que
se nos hacen fundamentales para “ver y palpar”, dos sentidos que creo que
priman en esta textualidad siempre fundamental, siempre provocativa, las más de
las veces imprescindible en nuestro devenir como lectores atentos a nuestro
alrededor: a nuestra vida, a nuestra experiencia; también, al eros y la muerte,
al deseo y a la melancolía, al amor y sus secuelas, a la política en su sentido
comunitario, a lo lúdrico y lo lúbrico, a las ciudades y sus trazas, a lo
perverso y a lo angélico, a la preponderancia del Poder y a su rechazo, a la
pasión y sus manifestaciones, a la inmanencia y la trascendencia, a la
permanencia y lo acuoso, y, sobre todo, a la mirada: cómo miramos y nos miran,
y al ojo, ese órgano fundacional de la imagen y las imágenes que lo abarcan
todo. Por eso adjunto a su primera praxis que nos concierne en este libro instructivo, al poeta, también: no omití
su profesión, oftalmólogo, porque leo en cada estrategia, explícita o
subyacentemente, la de la mirada, una mirada de profesional del ojo: ya sea
médico, voyerista o fisgón, con sus avatares y consecuencias.
Lo primero: mirar no es gratis, mirar sale caro, mirar
te puede costar el ojo. Es decir, en la mirada no hay sólo contemplación y
regocijo, sino también hay riesgo. Y el sujeto de estos poemas lo sabe. Sabe de
la paja en el ojo ajeno y de la viga en el propio, como lo sabía Gabriela
Mistral y sabe, también por sus pacientes y deformaciones ópticas, que la
poesía de un fisgón como él que se asoma al mundo y lo (d)escribe poéticamente,
expone al otro y al paisaje y, al hacerlo, también se expone él, en un doble
sentido: se exhibe al escribir y exhibe lo que, para muchos, es mejor callar.
Es decir: enuncia y (d)enuncia oftalmológicamente, buscando sobre todo una
precisión imposible, pero he ahí, creo, su principal estrategia: confundirse
con sus textos, sus poemas y la summa de
ellos, y a la vez distanciarse con una escritura que apela al diálogo textual
que además (re)configura su palabra y toma ciertas precauciones que intuye imposibles,
mas sí necesarias. En Estrategias para mirar libertades, segundo poema
del libro dice:
Deja tu mano sobre tus
ojos
deja la mano abierta
separa los dedos por
centímetros
mira:
la imagen cómo se divide
en más de uno
en tres
en perfectos quince.
Y si fuesen oscuros
barrotes.
Y si fuese una ventana.
Primera alusión concreta a la mirada: la mirada, para
el hablante, como estrategia, no es directa: deja la mano sobre los ojos, los
dedos entreabiertos, como una persiana veneciana, o como, cuando éramos niños
veíamos una película de terror: entremedio de los dedos protectores, pero
entreabiertos para ver lo que soportaba el ojo: he ahí una estrategia: la
cautela. Mira, para eso está el mundo frente a ti, como poeta oftalmólogo o
mirón: está permitido ver, pero no todo y en su amplitud, sin una autocensura
de dedos que operan como cortina al mundo en toda su expresión. Cautela, y
quizá también pudor. Mira el mundo del Poder, mira el mundo de lo prohibido,
asiste al mundo de la perversión, entreteje su experiencia con la experiencia
de la noche que no le pertenece, como en la película de Stanley Kubrick, Eyes Wide Shut,
traducida como Ojos bien cerrados, pero que más
textualmente sería: “Ojos entrecerrados”. He aquí una instrucción para mirar, lo
otro y el otro: cautela, porque en la otredad, en el poder, en la noche, en la
perversión, mejor no jugarse la mirada en toda su amplitud, porque allí, como
en el mundo ancho y ajeno hay riesgo. Como también hay riesgo exhibirlo en la
escritura. O en una película, como bien lo sabía Kubrick.
O en Estrategias para permanecer, un bello
poema, un canto a la vida un poco más luminosa:
Y si después de
alumbrarme el sol
te penetrara
te tuviera debajo de mí
y te preñara sólo con luz
y pasara el tiempo
y naciera un nuevo sol
y pasara el tiempo
y alguien más se alumbrara
se llenase de luz
de tanta luz
preñara el mundo con
brillos.
La sexualidad y el eros, por primera y única vez se
manifiesta con tanta fuerza, en estas estrategias, nos apela como lectores a
una esperanza solar, el sol como dador de vida, el sol como en ciertos mitos
griegos, sobre todo agrarios, y diosas como Deméter, que hace de la penetración,
del acto sexual, del erotismo, y otros amantes venideros, una preñez luminosa,
analogando el deseo con el alumbramiento (sinónimo del “dar a luz”, del
procrear): una intertextualidad revisitada sutilmente del Poema I de los
20 poemas de amor… de Neruda, pero no con cuya sola cimiente, con el
puro semen del labriego a la tierra, sino la luz solar a una humanidad, que
desde este alumbramiento universal recobra la esperanza en la continuidad del
erotismo en la vida. Podríamos decir una estrategia para permanecer igualados
por el calor de la luz, de un sol que amenaza extinguirse por cambios
climáticos y otras formas de aniquilamiento modernas o post. Inmediatamente
después de la utopía, la distopía, los 7 sellos de Bergman, otra estrategia, la
yuxtaposición de un Mundo mejor a El triunfo de la muerte de Brueghel,
el Viejo, la oposición de los contrarios, el choque brutal de los opuestos que
obliteran la dialéctica:
Que arrojen mi cuerpo a
los perros
que me coman la carne
muerta.
Y se estrechen sus bocas
mil veces
caigan velos después del
acto.
Nada volverá a sentir
aquí.
Nada de soles donde fui
bruma.
Creo que hasta aquí he tratado de mostrar, apenas, subliminalmente,
en qué consisten las estrategias de Edgardo Carreño: en diversos procedimientos
textuales y tópicos: provocar al lector a través de la lectura, para,
brechtianamente, como dice Laura Sbdar, distanciarse de la
propia época para mantenerse en ella y leer a Brecht con la conciencia del
desfase. Robarle a Brecht, quien se asume además como orgulloso ladrón:
“¿Shakespeare? También era un ladrón.” Robar y traicionar el concepto. Entrenar
la distancia con la época, mirarla con extrañeza, con el don de los ojos bizcos, capaces de disociarse
en una mirada al frente y al costado. Lo que nosotros queremos, afirma Brecht,
“es dejar a cada una de esas épocas los caracteres diferenciales que le son
propios, sin perder de vista su carácter de fugacidad, a fin de que también
nuestra época pueda ser vista en su carácter de fugacidad”. Este
distanciamiento para ver lo escrito y mirado desde una distancia sino neutra, patética,
y la mirada con ese don de los ojos bizcos, es sin duda, creo, otra estrategia
de esta inesperada poesía.
En tanto exposición de maneras de concebir prácticas
textuales, 100 ESTRATEGIAS PARA UN LIBRO DE POESÍA, se me aparece como un pariente distante, pero pertinente en su
comparación con el notable Manual de instrucciones de Julio Cortázar,
publicado en Historias de Cronopios y de
famas, (1962) con la diferencia tanto conceptual, epistemológica y formal
de una “instrucción” a una “estrategia”. Dice Cortázar en sus “instrucciones”: “Cuando
abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no
el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la
calle, la viva floresta donde cada instante pueden arrojarse sobre mí como una
magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avancen un poco
más, cuando los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra
la pasta de ladrillo del cristal, y juegue mi vida mientras avanzo para ir a
comprar a la esquina”. Las “instrucciones” de Cortázar están ahí en ese límite
de lo cotidiano y lo Unheimlich
(siniestro) freudiano, donde lo que vemos día a día, de pronto se transforma en
lo inesperado que nos conturba y descoloca, es decir “lo fantástico”. Y sus
instrucciones obedecen a un “caudal de conocimientos adquiridos” como: cultura,
conocimiento, erudición, educación, ilustración, sabiduría, saber, formación, ciencia,
pero violentamente trastocados por la ironía y un humor casi surreal, que
los hacen ser, desde una mirada textual, significante, precisamente lo
contrario. Las “estrategias”, en cambio, son una “táctica”: un plan, una
traza, una planificación, que no necesariamente subvierten un orden establecido de cosas a
través de la ironía y el humor, para poner patas arriba lo consabido de lo
cotidiano y, sobre todo, formalmente establecido. Incluso, pueden carecer de
humor, de subversión lingüística o textual, pero no de ironía y menos de
ambigüedad y ambivalencia, que son, finalmente, constructos invaluables e
irreductibles de la poesía moderna y posmoderna. Pero no por eso son menos
subversivas, menos transgresoras y deliberativas. Es sutil la línea roja que
las separa, pero está ahí en los textos en tanto “manual” y en tanto “instrucción”.
Si me apuran, podría decir que la instrucción es más bien pragmática y la
estrategia, digamos, casi militar. Una más precisa y la otra dúctil. Y su
manera enunciativa, dependerá de cómo el poeta enfrente estas materias.
Como son 100 las estrategias, me detengo
acá y dejo al lector sus propias estrategias para enfrentar las estrategias de
Edgardo Carreño, un poeta que irrumpe, quizá sin estrategias previas para
tramar su libro estratégico e inaugural, para situarse sorpresivamente en la
poesía chilena de ahora, de hoy, moderna o posmo, pero sobre todo notable en su
articulación textual y su decir pausado y sin estridencia, aún cuando habla del
cuerpo, del deseo, de la muerte, del “Peep Tom”, del porno, de la crueldad, así
como de la ternura y la luz, la poesía misma y su poetas tutelares: Pessoa,
Lihn, Maillard, Lira, etc. y de los hoteles y la ciudad que los alberga, del
deseo y sus múltiples manifestaciones y la mirada, sobre todo, que como un
hombre de visión de rayos X atraviesa los imponderables muros y nos descubre
desnudos y desenmascarados en nuestras posturas más íntimas y deseantes, más urgentes y necesarias,
como una última estrategia para evadir la melancolía que nos asola hoy y mañana
y mañana:
He pensado en todo lo que
un hombre puede pensar.
Por ejemplo en cómo
mutilar al viento.
En qué espacio conseguir
una réplica de mi sombra.
He pensado en cada beso
que destrozó mi ser.
En la angustia misma de
no poder recordar.
En ti y en la desolación
inmensa de una imagen.
En todas las cosas que
piensan todos los hombres.
He pensado en no ser
hombre.
(Estrategia
para eludir la demencia)
Thomas
Harris E., octubre de 2024.
Selección de poemas:
ESTRATEGIAS PARA INICIAR UN LIBRO
Aclaremos con prisa todo
es un libro de poesía.
Primero hay que leer y mucho.
Segundo: leer y mucho.
Después dejar lejos y a un lado todo lo
leído
después envolverse en la brisa
no
la de alguna tarde cualquiera
sino en algo que permita aún vivir.
Después tomar un lápiz o romperlo
y no dejar nada como teoría sobre un fruto
y es que los versos vienen solos
los
versos deben aparecer solos
al inicio escribir el primero
luego lo siguiente en forma de ráfaga
sin nunca entender por qué se hace
sin reconocer los motivos
los
versos aparecen solos
como fantasmas ocultos como frágiles sueños
como la íntima necesidad de amarte
como mi época más oscura
los
versos aparecen solos
como Catulo como Carver como un Rilke
Sexton Panero Ajmatova Glück Chantal Borges
Vilariño Hanh Simic Auster Lihn Peri Rossi
PESSOA mi Favorito
PIZARNIK mi mujer Maldita
TEILLIER mi compañero de mesa
pero todos no caben
aquí ciertamente no caben.
ESTRATEGIAS PARA DESCRIBIR FANTASÍAS
Imagina
entro por una ventana
tú solo observas
recorres tus pechos
me buscas.
Las manos cerca
un poco más cerca
tu cuerpo sobre el piso
casi muerto
casi deseándome.
Y yo sobre ti
acariciándome en ti
en todo el ardor
ese ardor desesperado
tan interminable.
Imagina siempre
la pureza
tu cuerpo que tiembla
a veces conmigo
y aún gime.
ESTRATEGIAS PARA PERMANECER
Y si después de alumbrarme el sol
te penetrara
te tuviera debajo de mí
y te preñara sólo con luz
y pasara el tiempo
y naciera un nuevo sol
y pasara el tiempo
y alguien más se alumbrara
se llenase de luz
de tanta luz
preñara el mundo con brillos.
ESTRATEGIAS PARA BESAR EL CIELO
Sobre un avión a miles de pies
y lo único que hago es morder tu boca
a veces quedándome con todo un labio
o arrancándolo con prisa
luego lentamente el de arriba
o quedándome con un pequeño trozo
tal vez con nada
tal vez reteniéndolos por horas
es decir hasta hacerse una grieta
o rozándolos sin límite
o tal vez hasta que sucedan ruidos
como suelen hacer los amantes
y me digas es todo
y retires tu boca de mi boca
muy lejos
y seas un destello en las nubes.
ESTRATEGIAS PARA HUIR DE LA DEMENCIA
He pensado en todo lo que un hombre puede
pensar.
Por ejemplo en cómo mutilar al viento.
En qué espacio conseguir una réplica de mi
sombra.
He pensado en cada beso que destrozó mi
ser.
En la angustia misma de no poder recordar.
En ti y en la desolación inmensa de una
imagen.
En todas las cosas que piensan todos los
hombres.
He pensado en no ser hombre.
ESTRATEGIAS PARA CONSTRUIR POEMAS
Desde adentro de un rito
y mirándose la cara interna de la piel
rodeado de paredes negras
una botella con vino entre las manos
a la hora en que los pájaros cantan.
Alguien dice así se escribe.
Así lo dijo una carta de Bolaño.
Considere siempre un vaso de vino
de preferencia tinto
de preferencia a cierta temperatura
de preferencia sin sorbos
estrictamente en las mañanas.
Hay palabras en vez del silencio.
El sol vuelve a verse entre las hojas.
ESTRATEGIAS PARA INMOVILIZAR LA REALIDAD
Apenas abro los ojos
me dices son más de las cuatro.
Pero qué hora más terrible es esta
despertar con sol en el medio.
Si alguna vez lo hice
fue por el vino
por tenerte dentro de un sueño.
Yo moría muy despacio
suplicaba en el dorso de la luz
ser el peso de un remolino.
Eras un cuerpo con sus velos
el rostro de una virgen
tú la pureza entre mis piernas.
ESTRATEGIAS PARA IDEALIZAR AMORES
Yo habría hecho de todo por ti
habría tenido al mundo en una mano
habría contado luces en un Dios
incluso habría sido una forma de la lluvia
la gota primera y su corazón
tú habrías dejado todo por esa gota
la habrías persuadido y abierto hasta
decir:
somos mitades del agua perfecta
y yo estaría sobre ti
estaría por horas sobre tu cuerpo
diría sin tregua te amo amor
entraría en ti hasta quebrarse la tierra
hasta sentir en tu grito
que de amor a veces se muere.
ESTRATEGIAS PARA DECIR ADIÓS
Con un pañuelo desde el armario
un pañuelo blanco
uno que imite una gaviota.
Dejándolo quieto entre los pechos
casi como una muerte
el último ruego de la esperanza.
Después sobre la proa
con el desprecio entre los brazos
abriéndose muy lentamente.
Después con todo el viento.
ESTRATEGIAS PARA LA PERFECCIÓN
El día en que diga todo en un verso.
Edgardo Carreño Domingo, Coquimbo, 1972. Poeta y médico oftalmólogo.
Publicaciones: Los Versos del Amor, Editorial Dunken, 1999, Buenos Aires; 100 ESTRATEGIAS para un libro de poemas, 2024, La Parada Poética Ediciones. Antologías: Tiempo Fragmentado, OffSet Color, 2022; En-Contraste, La Parada Poética Ediciones, 2024. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas literarias.
Premios: Primer lugar en el Concurso Literario del Colegio Médico años 1999, 2000, 2002 y 2004
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