jueves, 6 de enero de 2011

Liliana María Celiz / Argentina


Liliana María Celiz, Argentina, merecedora de los siguientes premios: • Premio de la Casa de la Amistad Argentino Cubana, año 1987.• Tercer premio en el Concurso Nacional de Poesía organizado por la Emisora Lobos, año 1988.• Finalista en el Concurso organizado por la editorial “Argenta Sarlep”, año 1988.• Primera mención en el Concurso Nacional de Poesía organizado por la Emisora Lobos, año 1989.• Mención especial en el concurso organizado por la Emisora Lobos, año 1989. Sus publicaciones:“El ciclo del recuerdo”, “En complexión de dos”, “·El nacimiento de la flor”, Ediciones del Dock, 2010, “A los que fueron pájaros”, Ediciones del Dock, 2009., "elevación de vos o pensamiento” Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2007., ¿De dónde vienes de mirar tus ojos padre?. Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2000, Del traje de Eva y su manzana (poemas). Buenos Aires, Último Reino, editado con el apoyo económico de Fondo Nacional de las Artes. 1997., Desembocadura, Buenos Aires, Tierra Firme, 1990. Compilación de poemas en conjunto con los poetas Gustavo Baz, Gabriel Rizzola, Carlos González y Chantal Damon. Se editó con el apoyo económico del fondo Nacional de las Artes.

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una hoja desdoblada en el silencio, en el metal, el hule del silencio enmohecido por detrás de las montañas y en las rocas (como cuencos divididos en las rocas, en los cuerpos de peldaños doloridos por detrásde la belleza en el zanjón de calles por los lirios entre hojas de papeles que desbandan el caudal de los pañuelos como en cintas, como naves de ultramar en el crepúsculo, entre gotas de los lirios entre mamas que se doblan en la ausencia entre campos de gemidos límpidos, como nubes de naufragios perseguidos entre guiones del destierro en la mitad más múltiple del alba adormecida de las flores como cargando el cuerpo en filasen rebanadas múltiples de ausencia como cangrejos idos por detrás de las veredas hacia el espacio en huecos doloridos de la mitad de mí y en la espesura del aliento consumado de las noches como náufragas del mar a la distancia (polvaredas de los verbos por doquier perdidos de azafrán y hule en la desgracia)
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bocas imantadas de las torres del abismo en el alma desdentada y sin aliento de mí como costumbre apenas de distancia (pasajera) entre náufragos calientes de chicharras pasajeras desde tubos pasajeros de la ausencia en el almíbar fresco de la sangre desglosada o como cántico concéntrico (las flores de la noche haciendo señas entre piezas de eucalipto silenciado /barras de esplendor la noche acometida de distancia)
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brazos agitados en la especie carcomida de mi sangre, del azúcar de mi sangre como néctar en las plumas (del vehículo del aire a desde el fondo en el color de caracoles desde el fondo como forma, en el abismo antiguo de las aguas sin morada en el vaivén - los astros en vaivén sin la morada acuosa de los nombres perseguidos -yo del tú- en el oleaje mínimo del verso a la palabra del revés cantando en el declive
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en las orillas de mi sexo y como aliento en derredor del cuerpo carcomido (vuelan desde mí los nombres como flores flotantes en el aire al nuevo sol de superficie acuática en las torres concéntricas del vientoa borbotones) (algas vibran por detrás de las especies de los peces sin sus sexos -divididos- algas vuelven al espacio de los muertos, por detrás de las cortinas de alquitrán y hule en los alpistes) -gotas siempre unidas a algún trueno como especie y en las plantas de mi cuerpo-
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la balsa caída en otras hojas de conciencia que bailan a la luna en su través las formas deletreadas en el plano carnal de nuestras aguas fluídas de toda la conciencia genital de nuestros cuerpos gritando como idos en el plano de algún vértigo mayor (tan de tantas hojas siempre en redondez la calle, algunos tiempos idos sin retorno, algunas hojas quietas en la noche -el campo de la noche al infinito- entre las gotas quietas de algún árbol ido como entraña nuestro sol ecuestre en los destellos caídos de las hojas siempre) (en soledad sinuosa nuestros cuerpos) de calles sin sus briznas, sin sus tallas, de sépalos vacíos
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oída la canción del niño en el submundo del oído en el oleaje (más allá las formas, los ancestros, la pátina en el viaje que se pierde y el tambor-el nido en el tambor interno-) las caracolas dadas vueltas del revés del río entre la bruma tibia de otro viaje niño en el mantón de baile de otro viaje en el desborde medio en el oriente -donde caía el sol toda la tarde- plagadode las hojas imposibles tal vez sea veraz la vuelta por las calles (ellos de la mano entonces) el canto ido nuestras manos como tantas del revés del viaje
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dos cuerpos, en la noción de ser en el espacio no pesan el tamaño de existencia como viaje, no como contorno entre las olas raídas como viaje en el lado horizontal del cuerpo (el lado en que se cuela el horizonte como forma acicalada de las plumas en el aire, como último contorno) el lado en que se pierden las caricias apretadas contra el pasto o como hueco en el estado sólido del beso de la estatua- el brazo saliendo de las formas pasajeras, definiendo como tope la nostalgia -el brazo como tocando fondo a la distancia, del lado terrenal de los pañuelos verdes de la tarde como plumas en el ámbito más nítido de oleaje- o sin sabor al viento como red que lo despliega en el segundo, en la hilación segunda de las cosas como pliegue, como vértice en el pliegue, la pregunta
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¿para qué? el reposo entre las rocas, el arco de los sueños decayendo porque él va de pie de sus antaños a los bordes mismos de las hojas (consolación de hojas en lo triste, detrás de los tentáculos del sola la caída allá en la punta de algún médano -y ver caer la liebre comoenjuta-) las manos a lo lejos de la cara: palpándome la cara justo a dos,el borde de las manos en el pliegue de pregunta en las dos aguas : él en la sustancia misma del silencio ahora que es la noche y no la calma, no la complexión solar justo a la hora del hueco en el espejo diurno de las hojas (los árboles cantando en plena dejadez del sueño -el últimobostezo- lo alborotado de la tarde entre los vértigos del mundo que no cae como un ciclo divagante del lado más atrás de las estrellas-) para la formación aguda de pregunta entre las lámparas a mediados de la noche como palpitación del sueño a la manera del desastre