viernes, 5 de noviembre de 2021

Josefina Plá ( 10 poemas)

 



DESNUDO DÍA

 

En el paisaje nuevo

En el paisaje nuevo en que estarás conmigo

reposará la tarde como una flor caída.

 

Nos habremos deseado

tanto, que el beso habrá muerto.

 

Yo lo veré en tus ojos, maduros de otra sombra.

Ojos de un valle ausente. Ojos con otra luna

 

Entre los dos corazones

llorará tu voz

antigua.

 

...Una tarde peinada con una raya oscura.

Tú tendrás la mitad más dulce de la vida.

 

Las camelias de tu boca

morirán en otro tiempo.

 

...Y aquella tarde mía, ya no será la tuya.

 

EL SONETO DE TU VOZ

 

Blanda en mi entraña, como tibia lluvia,

beso aplastado corazón a vena;

tiembla en mis ojos, como sol en río

tañe en mis pulsos dolorida plata.

 

Pincel que te dibuja estremecida

rama en el agua azul de mis anhelos

pasa por mí, y se lleva mi dulzura

como un rayo de luz que fuese abeja.

 

Ave a quien le nací con viento y nido,

su ala sabe el curso de mi arroyo,

y en el ángulo agudo de su vuelo

 

-punta de corazón hiriendo en flecha-

una gota de sangre nueva siempre

recarmina las rosas del deseo.

 

TAN SÓLO

 

...Tan sólo una mirada,

una pupila sólo para todas las cosas.

Para la aurora y el ocaso,

para el amor y el odio,

para el amante y el verdugo,

la paloma y la víbora,

la estrella y la luciérnaga.

 

Solamente unas manos

para el cáliz y el látigo,

para la rosa y para el cacto.

Solamente unas manos

para la arena y el rocío,

para mecer la cuna,

y acariciar la sien del esperado,

y abrir el último agujero.

 

Una boca tan sólo

para el beso y el grito

y para la oración y la blasfemia.

Para el suspiro y la mentira,

para el perdón

y la condena.

 

Y tan sólo una sangre

para escuchar el tiempo,

para regar los sueños,

para comprar la herida y la agonía,

y destilar las lágrimas.

 

Ah, tan sólo una sangre

una boca, unas manos,

una mirada solo.

 

EL AMOR REALIZADO

 

El amor realizado es un sorbo de muerte              

que nos pasa los labios, que se filtra en las venas.                    

El alma que nos cambia es más ancha y vacía:               

más triste y más sedienta, la boca que nos deja.            

 

Dentro del corazón, alárgase una sombra           

cada vez que los labios su antiguo vaso llenan.              

El amor realizado aguza en nuestros ojos             

del imposible anhelo la trémula saeta,                  

y es paso que prolonga, en cruel hechizo mágico,                     

ante la planta laxa la cansadora meta...                

 

(Amor: perfecto guía para ir al encuentro             

del dolor apostado al fin de cada senda...             

 

 

INVENCIÓN DE LA MUERTE

 

Esa sombra

La veréis alargarse cada vez como un agua vertida

sin remedio

como un manto cayendo despacio de sus hombros

como si fuese él mismo arrepentido que quisiera

volver sobre sus pasos

-reptil de limpia muerte sin cadáver-

 

La veréis ahilar su arroyo

sobre un suelo

por siempre horizontal a la aventura

 

Y será también la única10

que dormirá con él reconciliada

con la sombra total

de que se desgajó

enemiga de todos los espejos un día.

 

SUEÑO

 

...Sueño que fuiste impulso de mi latido,

y alas en mi anhelar:

Te mata la vida que nutriste,

como la flor el fruto nacido de sus galas.

 

Afán que me hechizaste de tan triste,

pensamiento clavado

en mis frágiles pulsos; estilete sutil:

a esa punta que hincaste pereces, traspasado.

Loco sueño disuelto en mi sangre febril:

¡esa sangre te ahoga!

...Morir te miro, ensueño

que fue yo toda -como fue tronco toda hoguera,

y charco toda nube- en un trasvasamiento

imperceptible, blando, como un deshojamiento de rosa,

en un temblor de atravesada mariposa.

 

Morir te miro, ensueño,

como el árbol mirara arder el vicio leño

cortado de su rama, o pudrirse la hoja

 

de cuyo muerto libre saldrá la yema roja.

Morir te miro, ensueño,

y tu postrer tristeza es ya casi alegría,

¡y tu último suspiro es ya casi esperanza!

 

...Hoja muerta, que vuelves a la tierra madura:

¿en qué capullo nuevo, húmedo de ternura,

renacerás mañana, ensueño en agonía...?

 

Fuimos, en sueños compañeros

Fuimos, en sueños, compañeros:

la vigilia no nos unió.

¡Sólo en los sueños traicioneros

su pie a mi paso se ajustó!

 

Labios gemelos en el ansia:

¡no unisteis nunca vuestro ardor!

Pupilas, astros de constancia:

¡nunca rimasteis un fulgor!

 

Jamás la diestras se estrecharon;

los labios sedientos no hablaron;

pero el juramento existió.

 

Nunca las bocas se besaron;

¡de los besos que no quemaron,

brasa fue el doble corazón!

 

 

SOY

 

Carne transida, opaco ventanal de tristeza,

agua que huye del cielo en perpetuo temblor;

vaso que no ha sabido colmarse de pureza

ni abrirse ancho a los negros raudales del horror.

 

¡Ojos que no sirvieron para mirar la muerte,

boca que no ha rendido su gran beso de amor!

Manos como dos alas heridas: ¡diestra inerte

que no consigue alzarse a zona de fulgor!

 

Planta errátil e incierta, cobarde ante el abrojo,

reacia al duro viaje, esquiva al culto fiel;

¡rodillas que el placer no hincó ante su altar rojo,

mas que el remordimiento no ha logrado vencer!

 

Garganta temerosa del entrañable grito

que desnuda la carne del último dolor:

¡lengua que es como piedra al dulzor infinito

de la verdad postrera dormida en la pasión!

 

Haz de inútiles rosas, agostándose en sombra,

pozo oculto que nunca abrevó una gran sed;

prado que no ha podido amansarse en alfombra,

¡pedazo de la muerte, que no se sabe ver!

 

AMANECER

A Gastón Figueira

 

La mañana irisada, como fino cristal

se curvó sobre el ancho campo reverdeciente.

A la abismal succión del azul transparente,

agriétase la carne de un ansia germinal.

 

Y a la blondez purísima de su desnudez tierna,

la mísera corteza se nos cuartea en congoja,

y un sollozo nos sube desde la honda cisterna

en sombra donde el párpado su penitencia moja.

 

El dolor de las alas imposibles

nos curva más bajo el cansancio irredimible

que se adhiere a la carne dolorosa:

y en la punta de una hoja, radiante y temblorosa,

la

gota de rocío

nos finge aquella lágrima inefable

en que, por fin, pudiera el alma miserable

volcar la última gota amarga del hastío.    

 

TODO COMENZÓ EN EL ESPEJO

 

Todo comenzó en el espejo.

En la palma indiferente del agua

la nube fingió islas, cimientos el arco iris.

Todo comenzó en el espejo.

En el cielo engañifa de la charca

la rama empolló el huevo de la luna;

cosió el pájaro un velo con costura perdida.

 

Todo comenzó en el espejo.

La estrella guiñó mintiendo al pez incauto;

la luna escribió música que no despertó a nadie.

 

Y en el espejo una mañana

reconoció el viajero su secreto fantasma,

se vio pómulo y sien,

pupilas de agua para siempre cautiva,

frente como una lápida de sí mismo.

Se vio por fuera, se olvidó por dentro.

Y comenzó a clasificarse

según color y pelo.

 

Y los amantes murieron por él dos y tres veces,

y los viejos gustaron anticipada la agonía,

y el hombre del color perdió patria y amigos,

y la belleza vendió a su esposo el sueño.

 

-Todo comenzó en el espejo-.

 

LAS PUERTAS

 

...Un cerrarse de puertas,

a derecha e izquierda;

un cerrarse de puertas silenciosas,

siempre a destiempo,

siempre un poco antes

o un momento demasiado tarde;

hasta que solo queda abierta una,

la única puntual,

la única oscura,

la única sin paisaje y sin mirada.

           

Josefina Plá (Isla de Lobos, Canarias, 1903-Asunción, 1999) fue una poeta, dramaturga, narradora, ensayista, ceramista, crítica de arte, locutora radial y periodista, quien debido a las particularidades de su biografía está totalmente  identificada más con su país de adopción que con su país de origen, al punto que la llamaban la «Española de América». Además que, debido al nivel de profundidad en el que enraizó sus preocupaciones estéticas e historiográficas durante su carrera, tanto a través de la creación poética como de la investigación cultural, prácticamente no se conoce su monumental legado intelectual fuera de las fronteras del Paraguay, pues estamos hablando de la poeta y ensayista de ese país más trascendental del siglo pasado con más de setenta títulos escritos en todos los géneros literarios.