Agitaste mi vientre
como huracanes
entre mis piernas
a 300 kilómetros
por minuto.
***
Milito en ti
en el frente de tus huesos.
Bajo el polvo los muerdo amor
uno a uno
y estallo contigo en la
trinchera.
***
No juegues
con fuego
me dijeron
pero yo jugué con el sol
y quedó nada de mí
excepto estas palabras.
***
Tú serás
el plato que deseo
adobado y agridulce.
Te cocinaré a fuego lento
como hacemos las brujas.
Después de saborearte
lameré tus huesos uno a uno
quedarán limpios
para hilar mis collares
y mi escudo de guerrera.
***
Déjame tus ojos en el velador
tu mano siempre en mis mejillas.
Sácate las venas y déjame tu
sangre
la yema de tus dedos en mis
labios.
Déjame tu pelo sobre los muebles
tu espíritu rondando las piezas
vacías
el eco de tu risa bajo la cama
tu piel para hacerme el último
vestido.
Déjame todo.
Que la muerte se confunda.
***
Los días se solazan de ausencia
especialmente el domingo
cuando falta la sal amarga de tu boca.
Y si eso falta me falta todo.
***
Canta para mí
te pido
canta para mí
me quejo suave.
Y respondes
en tu lenguaje animal
intenso y fiero
violento fuerte.
A pesar de todo soy feliz.
Teresa
Calderón, nació en La Serena el 30 de marzo de 1955. Se tituló como profesora
de Castellano en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1981, donde
también realizó estudios de Licenciatura en Estética. Poeta, cuentista y
novelista, dirige talleres de creación literaria desde los años 80 hasta la
actualidad. Ha dictado clases en Universidad Católica, Universidad de Chile,
Andrés Bello, Miguel de Cervantes, ARCOS y UNIACC. Parte de su obra ha sido
traducida al inglés, francés, sueco, italiano, alemán y portugués, y ha sido
compilada en más de 30 antologías.
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