El horizonte
nos condena al círculo
Eugéne Guillevic
CÍRCULO
Encontrar
lo inconcluso
de una primera vez.
Restos de un final
desconocido.
No habrá segunda ni tercera.
Sólo
un retomar el camino
la línea curva de la vida.
Cerrar la órbita
habitar su centro.
La locura máxima
que contiene.
Reconocerte y reconocerme
en lo abyecto y lo sublime.
Hallar
en lo más oscuro
el resplandor naciente
de un alto vuelo.
nos condena al círculo
Eugéne Guillevic
CÍRCULO
Encontrar
lo inconcluso
de una primera vez.
Restos de un final
desconocido.
No habrá segunda ni tercera.
Sólo
un retomar el camino
la línea curva de la vida.
Cerrar la órbita
habitar su centro.
La locura máxima
que contiene.
Reconocerte y reconocerme
en lo abyecto y lo sublime.
Hallar
en lo más oscuro
el resplandor naciente
de un alto vuelo.
DESPOJO
Debo vaciar las gavetas
sacar antorchas del alma
arrancar malas hierbas
enderezar el camino
liberar la luna del fondo de un vaso
hallar algún beso extraviado en la piel
socavar
dejar la cáscara
botar desechos
amasijos de palabras
los detritus del amor
socavar
socavar
dejar la cáscara.
Debo vaciar las gavetas
sacar antorchas del alma
arrancar malas hierbas
enderezar el camino
liberar la luna del fondo de un vaso
hallar algún beso extraviado en la piel
socavar
dejar la cáscara
botar desechos
amasijos de palabras
los detritus del amor
socavar
socavar
dejar la cáscara.
EN EL FONDO
Cada palabra escrita en un papel
aviva el fuego.
La mirada tranquila se pasea por ellas,
y aunque ya no te digan lo mismo,
muy en el fondo – no puedes evitarlo –
un tizón en el pecho encienden.
aviva el fuego.
La mirada tranquila se pasea por ellas,
y aunque ya no te digan lo mismo,
muy en el fondo – no puedes evitarlo –
un tizón en el pecho encienden.
HAY DÍAS
Hay días en que sientes
un débil roce de ortigas
dentro del corazón.
Suficiente quiebra.
De la grieta,
involuntariamente,
Hay días en que sientes
un débil roce de ortigas
dentro del corazón.
Suficiente quiebra.
De la grieta,
involuntariamente,
una lágrima cae.
“Unidos solamente por la fisura del adiós”
Olga Orozco
NADA
Cuando uno ha tragado largo
mares sin horizontes
digerido noches fosforescentes
y cree estar de regreso
de tanta odisea,
uno se topa
con visiones indolentes como
una sombra que se desliza
lentamente a sus dominios
a cumplir el mismo rito
donde agota últimos y vanos ardores.
Yo me pregunto ahora
¿dónde el sólido eslabón
el nudo invulnerable?
Nada,
sólo un abismo tenso nos une.
Olga Orozco
NADA
Cuando uno ha tragado largo
mares sin horizontes
digerido noches fosforescentes
y cree estar de regreso
de tanta odisea,
uno se topa
con visiones indolentes como
una sombra que se desliza
lentamente a sus dominios
a cumplir el mismo rito
donde agota últimos y vanos ardores.
Yo me pregunto ahora
¿dónde el sólido eslabón
el nudo invulnerable?
Nada,
sólo un abismo tenso nos une.
2 comentarios:
"Yo me pregunto ahora
¿dónde el sólido eslabón
el nudo invulnerable?
Nada,
sólo un abismo tenso nos une."
Precioso, Hildegar.
Y para resarcirte del sentimiento que nos transmites en tu poema:
"Olvida
si mis hojas te poblaran de deseos
la brisa que te llegue cada tarde.
Recuerda
las veces que lloví sobre tu piel
si el silencio que te abraza se hace olvido.
Perdona
cada exacto segundo de mi ausencia,
mientras soñabas caracolas a mi lado." (g.c.)
Gracias por tu comentario, captaste muy bien el sentimiento y de nuevo gracias, por tu poema que es como una respuesta al mío...
H. A.
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