En el centro del mundo los
pájaros confían
celebran si nos vemos
si crecemos en el abrazo del
otro
si la edad se cumple en cada
niño
si la voz del vendedor llega a
casa
con un pescado entre las manos
si las manos vacías del que ha
matado
y pregunta por qué yo
se unen de vuelta en oración
Señor
que no caiga ninguna de
nuestras aves hoy
Los ríos que aprendieron a
amar los hombres
todos en el mismo árbol:
El agua del Éufrates que tomó
entre sus manos
para comprender lo que era la
poesía
el Támesis que vio tantas
veces llorar al hombre en sus orillas
el agua del Rodeo bajando con
aquel perro hinchado
como una palabra que entonces
no comprendía
Ella sobre una rama en el río
picada por las hormigas
ve la muerte pasar mientras su
amiga ríe desde una piedra
Aquel río que antes fue
pequeño
hoy es una tarde inmensa
abierta en cada una de sus
letras
Su amiga esta muerta y ella
camina bajo laureles
que mojan estas palabras
No es el árbol que miro cuando
digo
laurel
es la palabra
dos sílabas que se hunden
mientras vuelven al punto de
partida
nacer hundir meterse
entrar en la piel de los otros
antes de inclinar los párpados
“Todo comienza donde se
cierran los ojos”
Kenia Cano (Cuernavaca, México
1972)
Es una escritora y pintora mexicana. En 2010
fue ganadora del Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario