miércoles, 26 de enero de 2022

Carolina Dávila ( 7 poemas )

 




La ola regresa

ha dejado en la roca sus esquirlas

reposa, se confunde

vuelve a ser mar

olvida el golpe

 

LO INSIGNIFICANTE

Eclipse, superluna y equinoccio

pasaron sin nosotros

somos lo que va perdiendo su nombre

mientras un vuelo se retrasa

y en una ciudad

la más triste del continente

una mujer grita

y revienta vasos contra las paredes

 

ELLA OLVIDÓ EL NOMBRE DEL PAÍS QUE ATRAVIESA

la luz entra por la ventana equivocada

y la brújula no marca el norte hace un buen trecho

¿Y qué si la luna corona la plaza un medio día?

¿si llamas, burros y avestruces se sacian en el mismo

abrevadero?

Perdida la orientación

todo puerto es buen destino

LA DIFICULTAD NOS EMPARENTA

Estas ganas de insistir

–vencidos–

en prender el fuego después del aguacero

 

En apilar leña

y raspar la corteza con las uñas

esperando encontrar en el corazón seco

el origen del incendio

 

EL DETERIORO SE CONCENTRA EN LA FALTA DE ENTUSIASMO

la cortina convierte los rayos del sol

en reflejos verdes y satinados

–una falsa imagen del afuera–

pero nosotros sabemos que este

es otro día

del que saldremos perdiendo

 

 

Lo sabemos porque es tarde

Aunque nadie se atreva a decirlo

siempre es tarde

Ocurrió mientras hablábamos

de grandes cosas

que –estábamos convencidos– no significaban nada

pero creímos

dejamos de esperar aviones

noticias

breves correos con las palabras adecuadas

 

Algo frágil separa la idea del resultado

la frustración del deseo

 

Se hizo tarde

Todos los vuelos llegaron a tiempo

dejando expuesto el desequilibrio

la distancia de nuestras pérdidas

 

[EL CUERPO, LA MURALLA]

Un ojo expresa su resistencia y se cierra

en la claridad del silencio

se confunde el tecleo con la taquicardia

 

El día es este atropello que pasa por el cuerpo

Por la postergación

de los alimentos y la fatiga

 

el cuerpo puesto en medio

el cuerpo

barrera de contención

recibe los embates de la palabra

de las milimétricas negociaciones

 

para que nada cambie

para que se mantenga en el límite

la realidad con su desgarro

 

CON LA LLUVIA NO PENETRAN OTRAS AGUAS

Yo amaría a esa mujer que deambula

por un desierto de noches heladas

mientras le llegan los rumores de algún puerto

pero no rompen ellos su silencio

ni suavizan los surcos

que el dolor trazó en su cara

La amaría porque no se doblega

porque con la lluvia no penetran otras aguas

porque su cuerpo se abre ahí

donde a la primavera no le alcanza

 

Carolina Dávila (Bogotá, Colombia). Es escritora y abogada feminista, magíster en Derechos Humanos y Democratización y aspirante a mfa en Escritura Creativa. Ha sido editora de Rio Grande Review y del Fanzine La Trenza. En el año 2010, ganó el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura con el libro Como las Catedrales publicado por la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá, 2011); Fundarte (Caracas, 2014). Poemas suyos hacen parte de las antologías Postal del oleaje: poetas nacidos en los 80: Colombia-México (Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León; Bogotá: Editorial Con las Uñas, 2013), The Other Tiger: Recent Poetry from Latin America (Wales: Seren Books, 2016), entre otras. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, el italiano, el portugués y el árabe.

 

 

 



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